No sólo es parte de la cobertura frontal del habitáculo, sino que además este importantísimo vidrio es un elemento de seguridad activa y pasiva decisivo.

Gracias al sistema de unión por adhesivo del parabrisas a la carrocería, y también a los requisitos técnicos exigidos al vidrio utilizado por los automóviles en su proceso de fabricación, este elemento contribuye desde hace algún tiempo a aumentar la seguridad activa y pasiva del vehículo.

Por una parte, el parabrisas permite efectuar una conducción segura evitando el impacto de objetos y agentes externos contra el conductor y pasajeros. Por otra, contribuye a aumentar la rigidez de la carrocería, minimizando las consecuencias de un siniestro.
La luna delantera o frontal de un automóvil, conocida como luna parabrisas, ha evolucionado con el paso del tiempo para mejorar diseño y prestaciones. De exhibir una forma plana y sujetarse mediante un perfil de caucho a la carrocería, como ocurría con las “lunas calzadas o montadas con goma”, se ha pasado a formas cada vez más curvadas que mejoran la aerodinámica y se unen a la carrocería mediante adhesivo, dando lugar a las “lunas pegadas”.

En la actualidad, el parabrisas ya no es simplemente un vidrio de separación entre el habitáculo el exterior, sino que gracias al sistema de sujeción utilizado para fijar este elemento a la carrocería, “unión por adhesivo”, ha pasado a formar parte de la estructura resistente de la carrocería.

La técnica de pegado del parabrisas es un sistema que además de servir de unión entre luna y carrocería, proporciona mayor rigidez al habitáculo que el montaje con perfil de caucho, otorgando un grado de seguridad mayor. La utilización de adhesivos viscoelásticos y la distribución uniforme de esfuerzos que proporcionan, permiten que el vidrio sea una parte estructural del vehículo. En caso de siniestro con vuelco, el parabrisas unido por adhesivo de forma continua a la carrocería forma parte de su conjunto, ofreciendo mayor resistencia a la deformación del techo. Si además se considera que el pegado se realiza mediante un adhesivo elástico, se contribuye a aumentar la seguridad gracias a la capacidad de absorción de impactos por parte del adhesivo.

Tipos de vidrio para el parabrisas

Otro aspecto que influye en la seguridad del vehículo es la utilización de un tipo de vidrio u otro en la fabricación del parabrisas: templado -junto a estas líneas- o laminado. El templado se fabrica a partir de una lámina de vidrio a la que se somete a un proceso de templado, por el que adquiere una elevada resistencia mecánica. El principal inconveniente del vidrio templado se presenta en el caso de rotura, produciéndose multitud de pequeños fragmentos que dificultan la visión a través de la luna, y que pueden proyectarse sobre los ocupantes causándoles lesiones.
El vidrio laminado -a la derecha- se fabrica a partir de 2 láminas de vidrio, pegadas fuertemente a una lámina intermedia de material plástico (polivinilbutiral) dotada de un alto índice de elasticidad. En caso de rotura, los fragmentos de vidrio quedan adheridos a la lámina intermedia, permitiendo la visibilidad a través de la luna. Gracias a la lámina elástica intermedia este vidrio posee una mayor resistencia a la penetración de objetos y se confiere al conjunto cierta capacidad para la absorción de impactos. La utilización generalizada del vidrio laminado en lugar del templado en la fabricación de parabrisas supone un aumento de la seguridad de los ocupantes en caso de impacto.

Rotura de lunas

Las lunas son componentes del automóvil con un riesgo de rotura elevado, debido a la fragilidad del material (vidrio) con el que se fabrican. De las lunas que cierran el habitáculo de pasajeros, las que poseen el mayor índice de siniestralidad son sin duda, y así lo demuestran las estadísticas, las lunas parabrisas. Un factor a tener en cuenta, es que la mayor parte de los siniestros que se producen son impactos frontales, que provocan su rotura en la mayoría de los casos. Debido a este elevado índice, su sustitución es un trabajo que se realiza con frecuencia. Por ello, y al tratarse de un elemento más de seguridad activa y pasiva del vehículo, es primordial prestar suma atención al proceso de su instalación para conseguir los niveles de seguridad iniciales del vehículo.

Homologación de lunas

Como elemento de seguridad, al parabrisas se le exigen determinados requisitos de carácter técnico que también afectan a su instalación en los vehículos. Estas exigencias vienen determinadas por el reglamento CEPE/ONU 43R00, vigente en España. Según él, el vidrio utilizado en la fabricación del parabrisas debe poseer unas características determinadas, que garanticen la perfecta visión del conductor y reduzcan al máximo los riesgos de accidente corporal de los pasajeros en caso de accidente. Para comprobar estos requisitos se somete a las lunas a homologar a una serie de pruebas y ensayos que deben superar satisfactoriamente.

Los parabrisas que cumplen el Reglamento CEPE/ONU 43R00 llevan incorporada la marca de homologación como garantía de poseer los requisitos mínimos de calidad y seguridad exigidos. Por ello, el instalador de lunas del automóvil debe asegurarse que los parabrisas a instalar cumplan este reglamento.

Productos utilizados en el pegado de lunas

Los productos utilizados en el pegado de lunas son específicos para este proceso. Como adhesivo se emplean poliuretanos de características técnicas apropiadas
para asegurar la perfecta unión del parabrisas a la carrocería; también deben permitir la conducción bajo condiciones normales de circulación. La utilización de estos poliuretanos es necesaria para satisfacer las especificaciones requeridas de unión, resistencia mecánica suficiente -para soportar impactos- y rigidez necesaria para formar parte de la estructura del vehículo. Otros productos cuya utilización es imprescindible son los preparadores de superficie de pegado, limpiadores, activadores e imprimaciones, utilizados para promover y garantizar una buena adhesión entre las diferentes superficies de pegado a lo largo del tiempo. La existencia de numerosos productos para estos cometidos puede llevar a confusión en su utilización, por lo que es recomendable seguir siempre las instrucciones marcadas por su fabricante.

El procedimiento de instalación de un parabrisas es un trabajo sencillo, pero a la vez riguroso en la fase de preparación de las superficies de pegado. La correcta adhesión del parabrisas depende fundamentalmente de esta operación, por lo que debe efectuarse con sumo cuidado. El proceso es el siguiente:

– Para comenzar, la primera operación consiste en separar de la carrocería el parabrisas a sustituir, cortando el adhesivo que lo mantiene unido. Para esta operación se pueden emplear máquinas y cables de corte.
– A continuación se prepararan las superficies de pegado para conseguir una buena adhesión de la luna a la carrocería aplicando los productos adecuados.
– Finalmente, y una vez aplicado el adhesivo al marco de la carrocería o al parabrisas, se coloca la luna, respetando el tiempo de espera necesario para que el adhesivo cure y adquiera la resistencia adecuada, lo que permitirá efectuar una conducción bajo condiciones seguras sin riesgo a desprendimientos o caídas del parabrisas.

Instalación de calidad

Al ser un elemento de seguridad, es importante realizar la instalación del parabrisas de forma adecuada. Para ello, es necesario conocer el método operatorio a seguir, las herramientas y equipos a utilizar, pero también los requisitos que implica una unión de calidad.

Texto tomado de: https://www.autocasion.com